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PRIMER DÍA DE LA FERIA DE ABRIL DE SEVILLA
18 DE ABRIL DE 1847
Feria de Abril de Sevilla hacia 1852, Andrés Cortés y Aguilar

En 1846, los concejales Narciso Bonaplata y Jose María Ibarra, de origen catalan y vasco, presentaron en el ayuntamiento de Sevilla un escrito para la aprobación de una feria anual. Tras su visto bueno se solicitó autorización a la Casa Real para su materialización, quedando ésta aprobada y determinada para los días 18, 19 y 20 de Abril de 1847. A los sevillanos se les anunció su primera feria con el correspondiente bando municipal fijando en zonas públicas la programación de la muestra de ganados y actividades lúdicas que quedaba encabezada de la siguiente manera:

"El Ayuntamiento constitucional de esta ciudad, conociendo la necesidad de dar impulso y protección a la agricultura, que por desgracia se observa en decadencia, siendo uno de los ramos que constituyen la riqueza pública, ha obtenido el permiso solicitado de S. M . para que en esta ciudad se celebre anualmente una feria en los días 18, 19 y 20 del mes de Abril, "cuyo principal objeto" es establecer, por este medio, un mercado agrícola en el punto más apropósito por su posición geográfica para centro de estas operaciones"

Promotores de la Feria de Abril de Sevilla

El día antes de la inauguración de la Feria de Abril, tuvo lugar la Primera Exposición de Ganados llevada a cabo en la Plaza de Toros de la Maestranza concediendose distintos premios a los mejores carneros, toros mansos, y caballos, como el de raza Tordo, de seis años y llamado Peregrino, a cuyo dueño se le concedió un premio de 6000 reales.

Al siguiente día, 18 de abril, quedaba inaugurada la Primera Feria de Abril de Sevilla. La calle de San Fernando se había cubierto de toldos y junto a la muralla se ubicaron tenderetes con artículos tan diversos como fajas, peinetas, ropas, joyas y paños. En frente y junto al foso de la Fabrica de Tabacos se colocaron los puestos de avellanas, turrones y alfajores que vendían las mujeres "serranas de azules enaguas, chaquetas de terciopelo y vistosos moños en el cabello". En ese mismo lado de la calle se instalaron despachos de café, refrescos y licores y en el centro se dedicó una zona para que las bandas de música tocasen alternativamente.

Las Boleras, Litografía de 1846

Junto a la Puerta de San Fernando (ya desaparecida) se colocaron varias hileras de sillas de enea, que el público podría alquilar, y desde una posición privilegiada visionar todo el Prado de San Sebastián y su Recinto Ferial. Se levantaron tiendas de campaña hasta la Enramadilla, donde las gitanas preparaban y vendían buñuelos, pescado frito, menudo y caracoles, sin que faltara el acompañamiento de los vinos de Sanlucar y Villanueva, ni el aguardiente ni el licor de guindas.

En las tapias de la Huerta del Retiro (jardines de Murillo aproximadamente) se colocaron extensos toldos para cobijar a los vendedores de guitarras, palillos, abanicos, juguetes de barro, y objetos curiosos de hojalata fabricados por los artesanos sevillanos de la Alcaicería, Triana y Cerrajería. Y por último, en la gran explanada de El Prado de San Sebastián quedaba ubicado el ganado vacuno, porcino y caballar, dejando un gran espacio delimitado por vallas para que los jinetes pudieran realizar carreras con sus caballos y ejercitarlos.

Feria de Abril hacia 1850, Joseph Chapuy

La feria, en su primer año, aún no disponía de embellecimientos como arcos, banderines o candelabros. Tampoco de casetas particulares, que se colocaron años más tarde, siendo las primeras la del Ayuntamiento, la del Casino y la de los Duques de Montpensier, familia de la realeza que en años posteriores donarían los Jardines del Palacio de San Telmo que se convirtierían en el Parque Público de María Luisa.

No faltaron espectáculos para amenizar más aún los días de feria, así el día 18 hubo Corrida de Toros y tres funciones de teatro con las obras "Mujer Gazmoña y Marido Infiel" en el Principal, "Los Caballeros de Antaño" en el Misericordia y "Treinta Años o la Vida de un Jugador" en la Feria.

Majos en la Feria de Abril hacia 1850, Litografía de Antonio Chamán

La hora señalada por la autoridades para el cierre de los establecimientos del Prado era las once de la noche pero a esa hora ya se había más que cumplido, ya que comenzó a llover al iniciarse la noche y no paró hasta la madrugada del segundo día. El último, el 20 de Abril, el tiempo se mostraba inestable pero no pudo impedir que la afluencia de público fuera mayor, "luciendo la gente acomodada sus galas y el pueblo su majeza y su donaire".

No se produjeron incidentes que alterasen el orden, del que estaban encargados los "Celadores de Protección y Seguridad", los "Alguaciles Municipales" y los "Guardias Civiles", apoyados con un juzgado provisional instalado en unas dependencias de la Fábrica de Tabacos para resolver los posibles letigios surgidos entre tanta actividad comercial y de jolgorio.

Feria de Abril hacia 1867, Joaquín Domínguez Bécquer

Artistas y periodistas de la época se encargaron de reproducir esos días de festejo y mercado plasmando en artículos, poesías y lienzos, los carruajes con hermosas majas con peineta y mantilla, los bailes y jolgorios, los puestos de buñuelos y como no, los grupos de ganado que en un pricipio originaron esta Feria de Abril de Sevilla pero que con el tiempo fueron relegados a un segundo plano hasta desaparecer.

Basado en el Artículo de 1847: "El Primer Año de Feria en Sevilla" de Manuel Chaves

Página creada por Pablo Mora
Fecha creación: 14/04/21 - Última modificación: 17/04/21